El tiempo es anarquista
Una nube, una tarde, una cancha de fútbol
El tiempo es anarquista
No se puede parar, no se puede cuestionar
Al tiempo le gusta jugar a la impuntualidad
Al tiempo le gusta la crueldad
Se ríe de las desgracias ajenas
El tiempo es anarquista
Es libre, libertad
El tiempo se robó tu lapicera
Ya no hay forma de volver atrás
El tiempo tiene una colección de relojes
Le gusta cantar y patinarse en las palabras
El suelo es de hielo
El suelo, el piso
El tiempo tiene ganas todos los días
Tiempo tiene ganas de salir
A bailar
Nunca duerme, toma café
El tiempo se disfraza
A veces de agujas
A veces de números
A veces
El tiempo habla solo
Hace mucho que habla solo
Deja pensamientos por todos lados
Regala momentos
En la calle angosta
En la avenida dormilona
La avenida que duerme
La luz artificial de un farol
La misma luz artificial pero en un semáforo
El tiempo no se cansa de hacer correr
El tiempo no tiene quién pare su caminata
El tiempo es vagabundo
Duerme en las noches
Duerme en los días
Se vale de su privilegio
Para poder descansar
Y, sin embargo, no cesa su lucha
Su lucha por el frío que descalza sus pies
Pies sucios
Tiene el alma pobre de tanto caminar
El tiempo es la frase
Una frase corta
Pero contundente
Un simple beso apurado
Un simple adiós sin respuesta
El tiempo tiene zapatos
Viste con los colores de la indignación
La indignación tiene caras sucias
La indignación
Se viste con el traje de los más altos
Se viste como gato en perrera
¡Ah! Pero este gato es traicionero
Es un gato negro, sigiloso
Es un animal al momento de actuar
Y muy hombre al momento de decir
De decir
De dar promesas
Y de ahí los engaños que hacen a este gato
Gato malvado
El tiempo es anarquista
