Me inclino hacia mi ser
Entro a mi lugar prohibido
Me arrastro a las penas que ahuyentan
Me resta volverme inerte a lo que llama con la voz
Una luz de idioma
Un clavo de cáscara de nutria
Ya son responsables los nombres que ahuyento
Ya me conocen los diluvios del sol eterno al correr al viento
Entre migas encontré al dolor incompleto completarse sin decir "no"
Rosales de espinas genuinas por color falso de desilusión
Rocas que emergen del peso de la moneda miserable e insípida
Corren al pasar del interno color sabor a esfera de vidrio muerto
Caerse, levantarse es espera de drenaje al sur del veneno
Romperse, repararse es grito de cambio, de intención, de esqueleto
Quebrarse el color del tiempo, invierte sales que de azúcar se hace impalpable
Intentar es esto incalculable de tanto mirar
Y mozo de la espera del nuevo sol
Acarician los claros de mucha luna
Y se hacen inquietos los intentos de verse en el reflejo
Color de imagen muerta
Y el dolor de cambiar
Rasguña el pez
Muerde el líquido seco
Advierte un tiempo escaso de ser ileso
Conocer el reír de hace mucho tiempo
Tiempo entretiene al comienzo de cada idea
Idea sur fija al misterio
