Hay una furia que se hace blanda y aterciopelada
Una furia casi inofensiva,
de ternura no intencional
Como grito de garganta irritando mis pensamientos
A veces se hace fuerte y me golpea,
me lastima y muestra sus venas
Sangro con la noche,
arrancándome el pecho
el sentimiento esclavizado,
condenado a no invadirme
A veces no quiero darle la espalda
a las posibilidades.
Pero estoy en estado de vigilia,
y mis propósitos están en estado vegetativo,
en constante degradación
Ya no te creo
Imperio de la vergüenza conservada en el interior
Las montañas gritan con la furia del invierno,
ese invierno frío que congeló mis sentimientos